Edad | Horas de sueño | Hora de irse a dormir* |
4 a 12 meses | 12 a 16 horas | – |
1 a 2 años | 11 a 14 horas | – |
3 a 5 años | 10 a 13 horas | 18 horas – 21h |
6 a 12 años | 9 a 12 horas | 19 horas – 22h |
13 a 18 años | 8 a 10 horas | 21 horas – 23h |
La infancia necesita dormir entre 16 y 8 horas dependiendo de la edad y cómo se puede observar en la tabla superior. Dormir es muy importante, una necesidad básica de la infancia, y que afectará a su adecuado desarrollo tanto físico como psicológico.
¿Qué cosas tenemos que tener en cuenta?
Alrededor de los 3 años de edad, más por razones prácticas del día a día del adulto que por las necesidades infantiles, el niño/a empieza a ir al colegio, para ello tendrá que levantarse a las 8 o a las 7. Teniendo en cuenta esto es muy importante que los menores se vaya a dormir a la hora indicada para que puedan dormir las horas recomendadas.
Rutina
Para esto es crucial que los niños y las niñas se vayan a dormir siempre a la misma hora, ya que la infancia necesita rutinas y para tener una buena higiene de sueño (también en adultos) es muy recomendable que la hora a la que nos vayamos a la cama sea siempre la misma.
Actividad física
Los niños y las niñas necesitan actividad física diaria. Para ello, una buena forma de aportar esta actividad es ir al parque a la salida del colegio (cosa que también se puede adaptar dentro de un plan de rutinas).
Tiempo de pantallas
El tiempo de pantallas afecta, entre otras cosas, al sueño de los niños y de las niñas, es muy importante gestionar el tiempo de pantalla (televisión, tablets, móvil) de nuestros hijos e hijas y sobre todo apagarlas 1 hora antes de irse a dormir.
Dormir en la adolescencia
Es clave recalcar que la persona adolescente está en un proceso de crecimiento crucial y muy rápido tanto físico como cognitivo, es por esto que el adolescente necesita dormir más,a diferencia de lo que muchas personas piensan. Es normal que tu hijo adolescente duerma 9 y hasta 10 horas. Pero similar a lo anterior, es importante que esto se de en base a rutinas sanas de sueño [ver también: por qué es importante negociar con la persona adolescente y no imponer normas desde la autoridad].