Trastorno del desarrollo que afecta al 5-7% de los niños y niñas de entre los 6 y los 14 años y que tendrá repercusión en la vida académica, social, familiar, laboral, personal, etc. Actualmente se considera que no se puede diagnosticar a un menor de TDAH hasta los 7 años de edad (criterio DSM-VI). Sin embargo, antes de los 7 años de edad pueden presentar síntomas que señalen la posible existencia de un problema.
Desde el inicio de la escolarización hasta los estudios superiores, las personas con TDAH pueden presentar bajo rendimiento académico. Esto acaba provocando una limitación en el nivel de estudios finalizados junto con un elevado nivel de frustración e inseguridad.
El TDAH puede generar estrés y conflictividad familiar debido al esfuerzo constante de los miembros de la familia para compensar las dificultades, problemas y conflictos generados en el día a día.
Los menores con TDAH tiende a ser impulsivos, les cuesta seguir las normas o esperar a su turno, esto genera que tengan problemas con sus iguales, compañeros, etc y genera que los educadores les riñan a menudo, cosa que va dañando su autoestima.
A veces el TDAH se da a la par con otros trastornos como el Trastorno Negativista Desafiante.
Es crucial recalcar que es necesario un tratamiento psicológico en los menores con TDAH y la eficacia de este tratamiento será esencial en la recuperación del menor. Además, será vital el trabajo coordinado del neuro-pediatra, de la escuela, psicóloga y la familia.